"El estrepitoso estruendo del cerro es todavía un recuerdo vívido y espantoso de esa noche", fueron las palabras de una madre soltera de tres hijos mientras compartía su historia con la enfermera de PAG durante una de las brigadas médicas realizadas por PAG en el departamento de Santa Bárbara.
Ha pasado un mes desde que los huracanes Eta e Iota tocaron tierra en Honduras, dejando al menos a 600,000 familias en todo el país en dura calamidad. Según un informe reciente de las Naciones Unidas, aproximadamente 76,000 familias viven actualmente en albergues provisionales, 180,000 fueron evacuadas de su casa y 184,000 siguen viviendo en comunidades sin acceso después de que se destruyeron carreteras y puentes.
Proyecto Aldea Global (PAG) con el apoyo de generosos donantes, ha estado brindando apoyo inmediato a familias que viven en comunidades remotas donde pocos o ninguno ha llegado, como la comunidad de San Francisco de Ojuera en el departamento de Santa Bárbara. Esta comunidad rural sucumbió a los deslizamientos de tierra después de los huracanes, dejando a 9 familias en la oscuridad de la noche solo con las gastadas ropas que andaban puestas.
PAG ha comenzado a atender las necesidades de salud de más de 300 familias en tres comunidades en el departamento de Santa Bárbara. Las enfermedades más comunes observadas por nuestro personal son afecciones respiratorias agudas, enfermedades de la piel, enfermedades gastrointestinales y desnutrición en los niños y enfermedades crónicas en los adultos mayores. El control prenatal y las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino son otros servicios de salud que se están brindando. Además, nuestro personal está creando conciencia sobre el COVID-19, distribuyendo máscaras y enseñando a la población las medidas adecuadas para ayudar a prevenir la propagación del virus. Por las circunstancias en las que se encuentran estas familias desplazadas, también se entregaron colchonetas, insumos de higiene, bolsas de comida y ropa.
Las familias comenzaron a llegar poco después de que el equipo de salud llegara a las comunidades.
Las familias estaban muy felices de hacerse un chequeo médico, especialmente para sus hijos.
El personal de PAG y los voluntarios de salud orando antes del inicio de la brigada médica.
Familias que esperaban ser atendidas, también se unieron en oración mientras el personal de salud encomendaba su día en las manos de Dios.
Se contó con el apoyo de personal de la secretaría de salud de los municipios, médicos y estudiantes de medicina y el personal del programa de salud comunitaria de PAG.
La enfermera y coordinadora del programa de salud de PAG examina a un adulto mayor de facciones Lencas, de la comunidad de San Francisco de Ojuera.
En coordinación con la Secretaría de Salud, los niños menores de 12 años fueron vacunados para completar su esquema vacunal.
Personal de salud responde a las preguntas de un adulto mayor con una enfermedad crónica.
Proporcionando educación sobre COVID-19 por parte del personal de salud de PAG.
Para evitar la propagación del coronavirus, las familias recibieron mascarillas y artículos de higiene, así como educación sobre cómo lavarse las manos adecuadamente.
Un niño pequeño sonríe después de recibir una bolsa con libros para colorear, crayones y dulces.
Los niños fueron examinados y tratados por anemia, desnutrición y enfermedades gastrointestinales.
Nuestro personal de salud brinda educación a una madre de dos hijos de la comunidad de El Níspero.
Uno de los médicos voluntarios atendiendo la salud de una madre y su hijo de 8 meses.
PAG también distribuyó ayuda humanitaria (como colchas, colchonetas y ropa) a las familias afectadas por los huracanes.
Se entregaron bolsas de alimentos que contenían manteca, arroz, frijoles, maseca, entre otros alimentos básicos, así como suministros de higiene personal (jabón de baño, desinfectante de manos, mascarillas, etc.).
También se donaron medicamentos para aliviar el dolor, la tos, el resfriado y, en algunos casos, para enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes.
También se entregaron colchonetas y colchas a las familias de las comunidades de El Níspero y La Candelaria en el departamento de Santa Bárbara.